En estos tiempos se consolidó la famosa delantera conocida como «la línea del miedo», compuesta por Enrique Spencer, Brand, y Escobar, entre otros, que sorprendió a los equipos de la época, siendo el mismo Enrique Gómez Spencer el primer jugador internacional que tuvo el Sevilla. Durante sus primeros años de existencia como club inscrito se disputaron partidos benéficos contra equipos de marinos británicos anclados en el puerto de Sevilla.